Ecuador sufre una crisis energética debido a que las sequías
han afectado fuertemente la industria hidroeléctrica, de la
cual depende el país. Ante la negativa de los Estados vecinos
de vender energía a Ecuador debido a la escasez , el gobierno
ha instalado fuertes racionamientos de hasta 14 horas al día.
Para efectos de este debate, existen dos alternativas para
resolver su situación energética:
Por un lado, el gobierno ecuatoriano se ha planteado un retorno
inmediato al uso de combustibles fósiles como el carbón y petróleo,
para compensar la alta demanda energética. Esto implica incentivos
fiscales a empresas privadas exportadoras para vender petróleo al
gobierno, priorizar compras de estos combustibles en el mercado
internacional, etc.
Por otro lado, se ha planteado el fortalecimiento de la infraestructura
de energías verdes y renovables, tales como paneles solares, energía
eólica o energía nuclear. Esto implica la construcción de plantas
propias, incentivos a privados para generar energía verde y acuerdos
internacionales para traer esta tecnología al país.